Medellín, Ver.- A cuatro días de haber hallado el cuerpo de Lizbeth Vargas Barrios, quien vivía en Medellín de Bravo, la familia de la hoy fallecida contó cómo fue que las autoridades la encontraron.
Liz fue encontrada sin vida en un predio de Medellín de Bravo, en la localidad de “El Atracón”, estaba atrás de la casa de su pareja sentimental, quien se encuentra señalado como el presunto responsable de su muerte y que por ahora está detenido.
La joven de 25 años llevaba desaparecida desde el 2 de mayo, cuando salió de su casa y nunca más se le volvió a ver.
De acuerdo con la abuela de la víctima, la señora Jacinta Álvarez Cabrera, narró que a su nieta le quitaron la vida quemándole la cara y dándole varias puñaladas en el pecho.
Doña Jacinta recuerda a su nieta como una mujer trabajadora, alegre y que se dedicaba a la venta de postres para mantener a sus dos hijos que hoy se encuentran en la orfandad, a ella y a un tío que tiene una discapacidad visual.
Con ella vivía Leonardo “N” el sospechoso de su feminicidio quien también era su pareja y de quien relata que él se ofreció a llevarla a Veracruz para que comprara ingredientes para los postres que vendía en el parque de El Tejar, pero que después de eso ella nunca volvió.
Ante la ausencia de Liz la señora Jacinta le insistió para que le dijera donde se encontraba, pero el hombre solo se limitaba a decir que la había dejado en El Tejar, además de que cada que le preguntaba se ponía nervioso.
«Andaba nervioso, desesperado, no dormía y no comía. Esos días después de que no regresó mi nieta, estuvo aquí en la casa donde vivían ellos y andaba que no se soportaba. No podemos saber por qué lo hizo, pobrecita mi niña, era bien trabajadora”, contó.
Además de que se quedó más tiempo bajo el techo que compartió con Liz luego de presuntamente asesinarla, Leonardo “N” se robó una bocina y un microondas que la muchacha usaba para hacer postres.
Los familiares de la hoy occisa dijeron que vivía en un ambiente de violencia familiar y que en los últimos momentos Leonardo la golpeada y la agredía verbalmente, por lo que siguiendo el consejo de su abuela lo corrió de la casa, pero este no hizo caso y empezó a comportarse más agresivo.
